- Cómo conseguir pensamiento crítico en las aulas.
Antes de comenzar me gustaría hacer una pequeña incisión exponiendo, lo necesario que es para la vida que todos tengamos nuestro pensamiento crítico desarrollado al máximo. La obtención de este pensamiento te beneficiará con varias habilidades o destrezas como el análisis de situaciones, evaluación, interpretación, entre otras.
Basándonos en el artIculo leído observamos que una buena manera de desarrollar el pensamiento crítico es a través de debates en en aula.
¿Podríamos organizar un debate en el que participara toda la clase sin que se nos vaya de las manos?
Muchos profesores-as se plantean esta pregunta porque quizás si les guste la idea pero tienen ese temor a no poder controlar al alumnado. Aún, actualmente, tenemos miedo a hacer actividades que se salen fuera de la rutina diaria. Para poder realizarlo de la mejor manera posible sería conveniente seguir las pistas que nos ofrece el artículo. Será más eficaz si elegimos un tema que a ellos-as les guste, como por ejemplo videojuegos. Éste, además de ser un tema muy amplio y atractivo para todos-as, es de actualidad.
Dividiremos entre todos la clase en tres grupos: un grupo se va a encargar de las ventajas de los videojuegos en nuestras vidas, otro grupo de las desventajas y finalmente el que queda se encargará de evaluar el debate. Esta actividad se puede hacer en varios días intercambiando papeles. Para comenzar el debate el profesor-a hará una pregunta que abrirá la discusión. Por supuesto estarán bien vigentes los valores como el respeto del turno de palabra, nunca alzar la voz y además deberán utilizar ciertas expresiones que conlleven una mayor implicación en la polémica.
Dividiremos entre todos la clase en tres grupos: un grupo se va a encargar de las ventajas de los videojuegos en nuestras vidas, otro grupo de las desventajas y finalmente el que queda se encargará de evaluar el debate. Esta actividad se puede hacer en varios días intercambiando papeles. Para comenzar el debate el profesor-a hará una pregunta que abrirá la discusión. Por supuesto estarán bien vigentes los valores como el respeto del turno de palabra, nunca alzar la voz y además deberán utilizar ciertas expresiones que conlleven una mayor implicación en la polémica.
Esta es una actividad muy completa que se debería emplear más a menudo pues se asimilan valores como el respeto y la tolerancia, se aprenden contenidos y puntos de vista diferentes a los que puedas tener, interpretas las consecuencias que tienen determinadas actuaciones. Lo cierto y verdad es que, poco a poco utilizando este tipo de tácticas afloran niños y niñas objetivos que cuando sean adultos van a saber convivir más adecuadamente que nosotros. Van a originarse niños y niñas con mucho criterio y con mucho respeto hacia los demás.
Desde mi opinión personal, quiero dejaros pensar varios minutos después de realizar esta pregunta,
¿España es un país... o más concretamente, Castilla- La Mancha es una región donde más desarrollado está el pensamiento crítico? ¿Sería una buena pregunta para debate?
Pensamiento crítico tenemos todos, pero no explorado ni evolucionado de manera igualitaria. Podíamos pensar que cada persona es un mundo, así es, pero esto no tiene nada que ver con la persona, me refiero a nuestra educación y evolución.
Verás, yo, sin ir más lejos, nunca he realizado un debate en clase, salvo este año (2º año en Grado de Educación Primaria).
¿Por qué no he tenido la ocasión de participar en ninguna de estas discusiones hasta ahora? ¿Se lo debería a preguntar a mis antiguos profesores-as? Creo que no, dejemos de culpar mayoritariamente a éstos por todas nuestras deficiencias, tan solo por un día.
Quizás si yo hubiera presenciado con anterioridad, estas discusiones, ahora podría escuchar con mayor atención a aquellas personas que tienen un criterio distinto al mío, quizás podría entender de manera más precisa aquellos pensamientos que para mí son inimaginables en esta sociedad.
Resumiendo, lo que quiero manifestar es que ahora más que nunca necesitamos a personas que sepan valorar y tolerar a todo aquel que no piense igual, respetar a todo aquel diferente, y a tener su propio criterio para que nadie, repito nadie, tenga que pensar y actuar por él-ella.
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